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Después de un
prolongado período de evolución, el río
primero ha labrado su cauce sobre la roca de sustrato y luego ha
rellenado el valle formando la llanura aluvial. En una fase
temprana habría dominado la erosión vertical y
encajamiento del canal, para luego ir ganando importancia la
erosión areolar en los interfluvios que habrá
rebajado el relieve hasta formar el amplio valle en artesa. |
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El río puede
ganar capacidad erosiva y encajarse en su propia llanura aluvial
como consecuencia de variaciones en el nivel de base o en el
clima. Al hacerlo, puede llegar o no a atravesar todo el espesor
de los depósitos aluviales. |
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De nuevo el río
pasa por las mismas fases en su evolución y amplía
el valle al ganar importancia la erosión en sus
márgenes. La superficie de la anterior llanura aluvial
queda adosada a las márgenes del valle en forma de
escalón o resalte topográfico que constituye la
denominada terraza aluvial. |
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De nuevo pasa por otra
etapa de colmatación o relleno del valle formando una
nueva llanura aluvial que, si se repite el ciclo y el río
se encaja, dará origen a otro nivel de terrazas más
moderno. Obsérvese que esta nueva llanura aluvial (y por
tanto las terrazas que pueda formar) se encuentran a un nivel
topográficamente inferior respecto a las terrazas
más antiguas.
Las terrazas dibujadas aquí, donde el río no ha eliminado por completo el depósito aluvial anterior,
se llaman encajadas. Sin embargo, puede ocurrir que el río atraviese totalmente el aluvión llegando
a encajarse en el sustrato rocoso, formando las terrazas escalonadas (è ver) y solapadas. |
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