BIOGRAFIA
Seguiremos a Rafael Llopis en su ya clásica biografía, que fuera publicada en la edición de los Mitos de Cthulhu de Alianza Editorial.
Howard Phillips Lovecraft nació en Providence (Rhode Island, Estados Unidos), el 20 de agosto de 1890. De sus progenitores no hay mucho para elogiar. Su padre, Winfield Scott Lovecraft, era un viajante de comercio pomposo y dictatorial que prácticamente nunca convivió con su hijo y que murió cuando este tenía ocho años.
Su madre, Sarah Susan Phillips, de la que él fue el vivo retrato, era neurótica y posesiva y volcó todas sus muchas insatisfacciones en el pequeño Howard. Continuamente le decía que era muy feo, que no debía dar un paso lejos de sus faldas, que la gente era mala y tonta, que, como sus padres provenían de Inglaterra, él era de estirpe británica y, por tanto, ajeno al terrible país en que vivían.
Como era de esperar, se crió medroso y superprotegido, siempre entre personas mayores, solitario, fantástico y reprimido. En su "Introducción a la literatura norteamericana", Jorge Luis Borges nos dice que Lovecraft, «muy sensible y de salud delicada, fue educado por su madre viuda y sus tías. Gustaba, como Hawthorne, de la soledad, y aunque trabajaba de día, lo hacía con las persianas bajas.» Se crió sobreprotegido y solitario, leyendo en la gran biblioteca de su abuelo.
Apenas jugaba con otros niños y, cuando lo hacía, le gustaba representar escenas históricas o imaginarias. Los otros niños no le querían y él se refugiaba en los libros de la magnífica biblioteca de su abuelo materno. Desde muy pequeño sintió una morbosa aversión al mar ( según Wandrei, a partir de una intoxicación por comer pescado en malas condiciones). Se alimentaba de dulces y helados y desde niño sufrió terribles pesadillas.
Siempre fue ateo. Hablando de sí mismo en tercera
persona, dice el propio Lovecraft:
"A pesar de que su padre era anglicano y
su madre anabaptista, a pesar que desde muy pequeño estuvo acostumbrado a los
cuentecillos de rigor en un hogar religioso y en la escuela dominical, nunca
creyó en la abstracta mitología cristiana que imperaba en torno suyo. En cambio
fue un devoto de los cuentos de hadas y de las Mil y Una Noches, en los que
tampoco creía, pero los cuales, pareciéndole tan ciertos como la Biblia, le
resultaban mucho más divertidos". Su afán de maravillas indica, sin embargo,
que, tal vez por el ambiente, en que se educó, Lovecraft, radicalmente ateo,
siempre sintió un profundo anhelo religioso que él mismo reprimió y sublimó.
A los seis años descubrió las leyendas del paganismo clásico y se
entusiasmó, llegando incluso, como juego, a construir altares " a Pan y a Apolo,
a Atenea, a Artemisa y al benévolo Saturno, que gobernaron el mundo en la Edad
del Oro". A los trece años, influído por las novelas policíacas, fundó una
"Agencia de detectives de Providence", que obtuvo cierto éxito entre los chicos
del vecindario. Pero pronto se cansó de este juego y volvió a su soledad, a leer
cuentos fantásticos y terroríficos, y también a escribirlos.
Su primer relato, La bestia de la cueva , imitación de los cuentos terroríficos de la tradición "gótica" , fue escrito a los quince años de edad. En su adolescencia, racionalista y lógico cien por cien, se dedicó a imitar a los escritores del siglo XVIII. Sentía predilección por todo lo antiguo, pero en especial por este siglo. Lovecraft era un reaccionario terrible. Sentía un miedo visceral por todo lo nuevo, e incluso deploraba la independencia de su país ( a la que denominaba " el cisma de 1776"). El se consideraba británico cien por cien y adoraba todo lo que le recordase el pasado colonial de su patria.
Educado en un santo temor al género humano (exceptuando de éste a las "buenas familias" de origen anglosajón), creía que nadie es capaz de comprender ni de amar a nadie y se sentía un extranjero en su patria. Para él, "el pensamiento humano... es quizá el espectáculo más divertido y más desalentador del globo terráqueo. Es divertido por sus contradicciones, y por la pomposidad con que intenta analizar dogmáticamente un cosmos totalmenteincógnito e incognoscible, en el cual la humanidad no constituye sino un átomo transitorio y despreciable, es desalentador porque , por su misma índole, nunca alcanzará ese grado ideal de unanimidad que permitiría liberar su tremenda energía en provecho de la raza humana". Unas líneas más abajo escribe: "El conflicto es la única realidad ineludible de la vida". Y él, incapacitado para la lucha, se encerró en el pesimismo de su soledad impotente, entre dos viejas tías solteronas, rodeado de muebles antiguos, y empolvados.
Hasta los teinta años no pasó una noche fuera de
su casa. Filosóficamente, se consideraba "monista dogmático" y "materialista
mecanicista" y era en realidad un escéptico radical, absoluto, autodestructor.
Para él, el colmo del idealismo era pretender mejorar la situación del hombre.
Y así fue su vida, que luego se convirtió en leyenda: una vida de penuria económica, de represión y soledad, de amargura y pesimismo. Odiaba la luz del día. Pero en las noches revivía para leer, para escribir, para pasear por las calles solitarias - sin enemigos ya - y, sobre todo, para soñar. Lovecraft vivía por y para sus sueños. En ellos experimentaba "una extraña sensación de expectación y de aventura, relacionada con el paisaje, con la arquitectura y con ciertos efectos de las nubes en el cielo". Este goce estético fue el que, según Derleth, le impidió suicidarse.
A los veintitantos años, Lovecraft abandonó su estilo dieciochesco y adoptó el de su gran ídolo de entonces: lord Dunsany. Los Cuentos de un Soñador, El Libro de las Maravillas y Los Dioses de Pegana se convirtieron en sus libros de cabecera. Y en 1917, a los veintisiete años de edad, publicó su primer relato fantástico: Dagon, en la revista Weird Tales. A éste siguieron otros, la mayor parte de los cuales se publicó en la misma revista.
En 1921 sucedieron dos que habrían de cambiar la vida del joven Howard. La pequeña fortuna familiar se había ido agotando y, por fin, cayó por debajo del mínimo vital. En el mismo año que falleció su madre, que hasta entonces lo había tenido poco menos que secuestrado. Howard se sintió en el vacío, perdido en el mundo, solo ante la sociedad hostil. Pero reaccionó en forma positiva. El sólo sabía una cosa: escribir. Y decidió ganarse la vida como escritor de cuentos de miedo, como crítico, como corrector de estilo, como lo que fuese, con tal que tuviera relación con la pluma. Y así, entre su flaca renta, y sus magros ingresos profesionales, fue tirando con más duras que maduras.
El trabajo, sin embargo, abrió notablemente su panorama social. A
la fuerza tuvo que relacionarse con gente y, aunque sus cuentos pasaron
inadvertidos para el gran público, hubo quienes se interesaron por ellos y
escribieron al autor. Y este hombre tosco y aburrido que decía aborrecer al
mundo - cuando lo que le pasaba en realidad es que se sentía o se creía
rechazado por él - se convirtió de pronto, en sus cartas, en un muchacho alegre
y entusiata, capaz de escribir larguísimas epístolas a cualquier lector
adolescente y desconocido.
Y entre sus corresponsales - escritores
conocidos, noveles o aficionados - se fue creando el que más tarde se llamaría
"Círculo de Lovecraft". Lovecraft exultaba.
Sus cartas eran realmente prodigiosas y en ellas hacía gala de una gran cultura, de inagotable fantasía e incluso de un magnífico humor. Bautizó a sus corresponsales y amigos con nombres sonoros y exóticos: Frank Belknap se convirtió en Belnapius, Donald Wandrei en Melmoth, August Derlet en al Conde d`Erlette, Clark Ashton Smith en Klarkash-Ton, Robert bloch en Bho-Blok, Virgil Finlay en Monstro Ligriv, Robert Howard en Bob-Dos-Pistolas. El mismo firmaba sus cartas como "el sumo sacerdote Ech-pi-El" (transcripción fonética inglesa de sus iniciales H.P.L.), como Abdul Alhazred o como Luven-Kerapf. "Sus fórmulas de despedida - dice Ricardo Gosseyn - son casi siempre como éstas: Suyo, por el Signo de Gnar, Abdul Alzared; Suyo, por el Pilar de Pnath, Suyo, por el Ritual Gris de Khif,Ech-Pi-El".
Los que sólo
lo conocían por carta lo pintan como un hombre afable, bondadoso, cordial. Los
que llegaron a viajar para conocerlo en persona corroboran esta impresión. "Era
un hombre inteligente y objetivo"(Robert Bloch). "Era uno de los hombres más
humanos y comprensivos que he conocido en mi vida" (Clifford M. Eddy Jr.).
"Poseía un encanto y un entusiasmo juveniles" (Alfred Galpin). "Jamás y de
ninguna manera fue un hombre solitario y excéntrico. La lógica y la razón
gobernaban todas sus actividades" (Donald Wandrei). Robert Bloch dice que, si
bien es cierto que Lovecraft fomentó su propia leyenda, también lo es que viajó,
que se escribió con mucha gente, que estaba al corriente de la filsofía, la
política y laciencia de su época. "El cuadro del hombre retraído y solitario que
persigue sombras y pasea de noche en antiguos cementerios-dice Bloch - no es
completo". Y añade: "La rareza de Howard Phillips Lovecraft - si es que hubo tal
rareza - residió en que su torre de marfil estaba mejor construída y era más
bella que la mayoría de ellas; y que invitaba al mundo a compartir sus
riquezas".
He aquí un Lovecraft radicalmente distinto del que conocieron los
vecinos de su calle. ¡Curioso personaje!. Pesimista y entusiasta, amargado,
amable, bondadoso, misántropo, utópico y soñador, vulgar, gris, avaro, generoso,
ocultista y racionalista a la vez, amigo fiel y comprensivo, racista,
materialista, humanitario, realista y fantástico, simpático, abierto, ateo,
degenerado, loco, prodigio de inteligencia,creador de mundos, fracasado y
triunfador, aficionado a los helados como un niño, y a los gatos como una
solterona; ¿cómo era en verdad este hombre, alto y desgarbado, feísimo, de
enorme mandíbula, ojos de pez, y voz chillona?. Pues es seguro que era todo eso
y más.
El hombre es siempre una estructura dialética de elementos contradictorios y, según unos ambientes u otros, según la gente que lo rodea, o su situación social, son unos u otros elementos los que predominan o son percibidos. Entre sus amigos se sentía admirado y querido, se sentía seguro y volcaba en ellos todo su amor reprimido. Ante la sociedad pragmática y violenta de su país era un hombre aterrado y retraído que soñaba con vagas utopías pacifistas. En contacto con los inmigrantes pobres, brotaba su orgullo aristocrático y los odiaba.
Sin embargo, Lovecraft, como todo ser humano, posee una riqueza que no puede reducirse a un esquema simplista. La amistad postal y multilateral del Círculo de Lovecraft pronto se reflejó en su obra literaria. Sus corresponsales empezaron a salir en sus cuentos. El Conde Derleth correspondía a Derleth. Dicho Conde aparecía como el autor de un horrible libro titulado " Cultes des Gules"; también como Danfort en Las Montañas Alucinantes o Wiltmart "El que Susurraba en las Tinieblas". Ashton Smith, como autor de abominables esculturas y de poemas cósmicos (lo que era en la realidad); Robert Bloch como Robert Blake, ocultista victma de sus propias magias... Por su parte, sus amigos hicieron aparecer a Lovecraft- como Ech-pi-El, como Luve-Kerapf, como Ward Phillips o bajo cualquier otro nombre - en sus propios relatos. Frank Belnap Long y Donald Wandrei despertaron también su interés por la fantasía científica. Y sobre todo, - cosa curiosa aunque lógica- esta apertura de horizontes hizo de él un escritor realista.
Pues, sí. El ha descrito con exactitud y convincentemente, a las zonas rurales de su Estado. El ha sabido pintar con suma claridad la decadencia de las gentes y de las costumbres de esa región. Por esa época Lovecraft se declara realista "Estoy plenamente convencido de que, en esencia, toda gente creadora es fruto que crece del humus de su propia tierra natal y de que ningún material literario se adapta a aquélla tan perfectamente como el rico colorido y los antecedentes históricos de ésta. Ya habrán observado Uds., que en mis cuentos he puesto mucho de mi propia Nueva Inglaterra". Fue historiador, economista y sociólogo de Nueva Inglaterra. "Las viejas calles de Providence, escribe W. T. Scott, han sido visitadas duarante generaciones por el mágico recuerdo de la intensa y oscura figura , a veces vacilante de Edgard Allan Poe. Creo que ahora podemos ver al fin, que otro caballero más delgado, ascético y alto se ha unido a él, se pasea con él y es más especialmente nuestro".
De ésta, su época de apertura, datan los Mitos de Cthulhu. El primero de sus relatos perteneciente a éste ciclo es La Ciudad sin Nombre (1921), que todavía conserva el estilo dunsaniano de su juventud. En El Ceremonial (1923) aún quedan algunos ecos dunsanianos, pero la acción transcurre ya en Nueva Inglaterra. Sus cuentos, aun los no pertenecientes a los Mitos, se sitúan ya indefectiblemente en su región natal, casi siempre en sus zonas rurales.
A partir de La Llamada de Cthulhu (1926), los mitos adquieren su forma adulta y definitiva, en colaboración con todo el Círculo de Lovecraft. Cada uno de sus amigos puso su granito de arena: uno se invento un nuevo Dios; el otro un nuevo libro de oscuro saber olvidado; el de más allá, una situación, un detalle, un ambiente. Los Mitos de Cthulhu son una obra colectiva que cristalizó en torno de un hombre solitario.
También de esta época de apertura social data su amistad con Sonia Greene, diez años mayor que él. Lovecraft era entonces un asiduo colaborador de revistas de aficionados y ella trabajaba en la United Amateur Press Asociation. Lovecraft, ante ella debió haberse sentido de nuevo un niño superprotegido y asustado parece haber visto en ella la imagen de su madre perdida, secretamente anhelada. Lo cierto es que se casarón en 1924, yendose a vivir a Brooklyn. Lovecraft sentía verdadero horror por el sexo. A los dos años decasados y se divorciaron tres años más tarde.
Tras la separación, lovecraft regresó a Providence y se dedicó a escribir, leer e investigar la historia de Nueva Inglaterra. Hizo algunos viajes pero, con el tiempo, se fue hundiendo en un creciente pesimismo y misantropía.
Lovecraft murío de cáncer intestinal e insuficiencia renal el 15 de marzo de
1937. Tenía cuarenta y siete años.
Cuando sus obras se publican en forma de libro en la década del ´45, comienzan las traducciones en francés y español, y crece su popularidad en la literatura europea y mundial. Su fama es póstuma y se debe principalmente a August Derleth (1909-1971), de Sauk City (Wisconsin, USA), amanuense y corresponsal.
En lengua española sus relatos son traducidos por
primera vez en Argentina: en Buenos Aires la editorial Molino publica en la
década de 1940 dos libros con relatos de Lovecraft. En 1957 Minotauro publica la
antología titulada El color que cayó del cielo. En España, Alianza edita en 1968
Los mitos de Cthulhu, antología con relatos de Lovecraft y otros autores. Otras
editoriales, como Bruguera, Ediciones de Bolsillo, Seix Barral y Acervo, también
publicaron libros de Lovecraft. Sus relatos aparecieron también en numerosas
revistas especializadas y fanzines españoles y latinoamericanos. En 1975 Jorge
Luis Borges dedica un cuento a la memoria de H P Lovecraft, titulado "There are
more things" (En El libro de arena).
BIBLIOGRAFIA
En su Introducción a la literatura norteamericana, Jorge Luis Borges nos dice que Lovecraft, «muy sensible y de salud delicada, fue educado por su madre viuda y sus tías. Gustaba, como Hawthorne, de la soledad, y aunque trabajaba de día, lo hacía con las persianas bajas.» Se crió sobreprotegido y solitario, rodeado unicamente por los libros de la biblioteca de su abuelo materno y convencido de su fealdad y de que la gente que le rodeaba no merecía su roce.
Empezó a escribir relatos y poesía a los siete años de edad y en sus primeras obras ya resulta evidente su pasión por la literatura macabra. A los 13 años, fascinado por el personaje de Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle, fundó la Providence Detective Agency.
En su adolescencia se dedicó a imitar a los escritores del siglo XVIII. Sentía predilección por todo lo antiguo, pero en especial por este siglo. Lovecraft era un reaccionario terrible. Sentía un miedo visceral por todo lo nuevo, e incluso deploraba la independencia de su país (a la que denominaba "el cisma de 1776"). Se consideraba británico y adoraba todo lo que le recordase el pasado colonial de su patria. Fue una persona solitaria que dedicaba su tiempo a la lectura, la astronomía y a cartearse con otros aficionados a la literatura macabra. Asimismo, debido a su frágil salud, acudió a la escuela de forma discontínua y desde muy pequeño sintió una morbosa aversión al mar (según Wandrei, a partir de una intoxicación por comer pescado en malas condiciones ). Se alimentaba preferentemente de dulces y helados y desde niño sufrió terribles pesadillas. Hasta los 30 años no pasó una noche fuera de su casa. Para el, el colmo del idealismo era pretender mejorar la situación del hombre.
Odiaba la luz del día. Pero en las noches revivía para leer, para escribir, para pasear por las calles solitarias -sin enemigos ya- y, sobre todo, para soñar. Lovecraft vivía por y para sus sueños. En ellos experimentaba "una extraña sensación de expectación y de aventura, relacionada con el paisaje, con la arquitectura y con ciertos efectos de las nubes en el cielo". Este goce estético fue el que, según Derleth, le impidió suicidarse.
Fue un gran innovador del cuento de terror gracias a su singular tratamiento de la narrativa y la atmósfera de sus historias, que acercó el género a la ciencia-ficción. Con 16 años escribía una columna de astronomía para el Providence Tribune.
En 1923 comenzó a publicar sus cuentos en la revista Weird Tales, pero la mayor parte de su obra apareció póstumamente. Sus narraciones, macabras y fantásticas, en las que se observa la influencia de Lord Dunsany, William H. Hodgson, Arthur Machen, Ambrose Bierce y Edgar Allan Poe , desarrollan la idea de una legendaria población original de la Tierra, que intenta recuperar su poder perdido. Sus relatos tratan sobre espíritus malignos, posesiones psíquicas y mundos oníricos donde el tiempo y el espacio se alteran irremediablemente, como en sus Mitos de Cthulhu, que en realidad fue un trabajo colectivo que cristalizó en torno a un hombre solitario, pero que fue creciendo con las aportaciones del llamado "Círculo de Lovecraft", un grupo de escritores formado por el propio Lovecraft, Clark Ashton Smith, Robert E. Howard, Robert Bloch, August Derleth, Frank Belknap Long, Henry Kuttner, E. Hoffman Price y otros.
Robert Bloch dice de él que, si bien es cierto que Lovecraft
fomentó su propia leyenda, también lo es que viajó, que se escribió con mucha
gente, que estaba siempre al corriente de la Filosofía, la Política, y la
Ciencia de su época. "El cuadro del hombre retraído y solitario que persigue
sombras y pasea de noche en antiguos cementerios -dice Bloch- no es completo". Y
añade: "La rareza de Howard Phillips Lovecraft -si es que hubo tal rareza-
residió en que su torre de marfil estaba mejor construida y era más bella que la
mayoría de ellas y en que invitaba al mundo entero a visitarla y a compartir sus
riquezas".
La amistad postal y multilateral del Círculo de Lovecraft pronto se reflejó en su obra literaria. De esta datan los primeros Mitos de Cthulhu. El primero de sus relatos perteneciente a este ciclo es La Ciudad sin Nombre (1921). En El Ceremonial (1923) la acción transcurre en Nueva Inglaterra. Sus cuentos, aun los no pertenecientes a los Mitos, se sitúan ya indefectiblemente en su región natal, casi siempre en sus zonas rurales. A partir de La Llamada de Cthulhu (1926), los Mitos adquieren su forma adulta y definitiva, en colaboración con todo el Círculo de Lovecraft. Cada uno de sus amigos puso su granito de arena: el uno se inventó un nuevo dios, el otro, un nuevo libro de oscuro saber olvidado; el de más allá, una situación, un detalle, un ambiente.
También fueron incluidas aportaciones provenientes de escritores anteriores como Ambrose Bierce, Algernon Blackwood, Arthur Machen o Robert W. Chambers y de algunas mitologías como la árabe, la polinesia o la sumeria.
También de esta época de apertura social data su amistad con Sonia Greene, diez años mayor que él y con la que se casaría en 1924, yéndose a vivir a Brooklyn. El matrimonio sólo duró dos años y tras la separación, Lovecraft regresó a Providence y se dedicó a escribir, a leer, a investigar la historia de Nueva Inglaterra. Hizo algunos pocos viajes y, sintiéndose definitivamente fracasado en el mundo, se hundió de nuevo en su antigua misantropía que, en realidad, nunca le había abandonado del todo.
Murió de cancer de estómago a la edad de 47 años, un 15 de marzo de 1937 en el Jane Brown Memorial Hospital de Providence, en la pobreza y el anonimato. Después de su muerte, sus amigos y admiradores -sobre todo Donald Wandrei y August Derleth- se dedicaron a recopilar sus cuentos dispersos o inéditos y a publicarlos. En torno a la naciente leyenda de Lovecraft sus amigos crearon una editorial -Arkham House- cuyo mismo nombre está tomado de la imaginaria ciudad donde aquél situó varios de sus relatos. La editorial tuvo un éxito cada vez mayor, Lovecraft fue saliendo del olvido en que vivió y aparecieron infinidad de imitadores que -inevitablemente- representaron el principio de la decadencia literaria de los Mitos. Al popularizarse la obra de Lovecraft, empezó también a desarrollarse su leyenda de rondador de cementerios, de sabedor de secretos prohibidos, de practicante de cultos abominables, de creyente en sus propios Mitos de Cthulhu. Los americanos -dice Maurice Lévy- quisieron explicar los monstruos de Lovecraft, haciendo de éste un monstruo.
Sus relatos se recopilaron en varios volúmenes póstumos, entre los que
figuran El intruso y otros cuentos (1939) y El que acecha en la oscuridad (1951). Sus mejores novelas
cortas son El caso de Charles Dexter Ward (1928), En las montañas de la locura (1931) y La sombra sobre Insmouth (1936).
En lengua española
sus relatos fueron traducidos por primera vez en Argentina: en Buenos Aires la
editorial Molino publicó en la década de 1940 dos libros con relatos de
Lovecraft. En 1957 Minotauro publicó la antología titulada El color que cayó del cielo. En España, Alianza editó en 1968
Los mitos de Cthulhu, antología con relatos de Lovecraft y
otros autores. Otras editoriales, como Bruguera, Ediciones de Bolsillo, Seix
Barral y Acervo, también publicaron libros de Lovecraft. Sus relatos aparecieron
también en numerosas revistas especializadas y fanzines españoles y
latinoamericanos. En 1975 Jorge Luis Borges
dedicó en El libro de arena un cuento a la memoria de HP
Lovecraft, titulado "There are more things".
Obras escogidas:
LOS MITOS DE CTHULU
La obra de Lovecraft se puede dividir en 3 etapas: la época
dunsaniana, los mitos de Nueva Inglaterra y los mitos de
Cthulhu. La ciudad sin nombre (1921) se considera el primer relato perteneciente a la etapa de los mitos de Cthulthu, aunque todavía conserva el estilo dunsaniano de su juventud. En El ceremonial (1923) también quedan ciertas reminiscencias dunsanianas, pero la acción transcurre ya en Nueva Inglaterra. Es a partir de La llamada de Cthulhu (The call of Cthulhu, 1926), cuando los mitos adquieren su forma definitiva, en colaboración con el llamado Círculo de Lovecraft, pues son los mitos de Cthulhu una obra colectiva. Al Círculo de Lovecraft pertenecían escritores con los que mantuvo correspondencia, según Lovecraft como "una faceta más de mi gusto por lo antiguo. [...] el arte epistolar fue asiduamente cultivado en el siglo XVIII, que es mi siglo predilecto". Cada uno de sus corresponsales fue bautizado con un apodo de lo más exótico. Así, Belknapius era Frank Belknap Long; Melmoth, Donald Wandrei; el Conde d`Erlette, August Derleth; Klarkash-Ton, Clark Ashton Smith; Bho-Blok, Robert Bloch; Monstro Ligriv, Virgil Finlay; Bob-Dos-Pistolas, Robert Howard; e incluso el propio Lovecraft firmaba sus cartas como el Sumo Sacerdote Ech-Pi-El (transcripción fonética inglesa de sus iniciales), como Abdul Alhazred o como Luveh-Kerapf. Esta amistad del Círculo pronto se reflejó en la obra de Lovecraft, quien introdujo a sus corresponsales en sus relatos. De esta manera, aparecen:
Asimismo, sus amigos hicieron lo propio con Lovecraft haciéndole aparecer en sus relatos como Ech-Pi-El, Luveh-Kerapf, Ward Phillips... Un elemento fundamental en los mitos de Cthulhu son los libros malditos, de los cuales el más famoso es el Necronomicón del árabe loco Abdul Al-Hazred. Otros de estos libros, fuente de información principal sobre los primigenios, son: el Unnausprechlichen Kulten de Carl von Junz; De vermis mysteriis, de Ludwing Prinn; Le culte des Goules, del Conde d'Erlette; el Libro de Eibon o Liber Ivoris... La mayoría de los autores de estas obras se volvieron locos, se suicidaron o fueron extrañanamente asesinados. Otro elemento importante de los mitos es que suelen situarse en ciudades imaginarias de Nueva Inglaterra, como Dunwich, Innsmouth y Arkham, donde se encuentra la Universidad de Miskatonic, uno de los pocos lugares del mundo donde se conserva un ejemplar del Necronomicón. Asimismo, los personajes de los relatos de Lovecraft suelen ser eruditos aficionados a rebuscar en libros polvorientos, profesores o alumnos de la Universidad de Miskatonic. Los mitos también se caracterizan por sus incoherencias:
En los mitos, Lovecraft habla de distintas razas:
En cuanto a los dioses primigenios, se distinguen entre:
Además, existen los llamados sicarios o seres abominables, cuya función consiste en liberar a los primigenios. Entre éstos se encuentran: los Shantares, los Dholes, los descarnados de la noche y Mi-go. El más famoso de los primigenios es Cthulthu, el dios máximo,
quien da nombre a los mitos. Este ser de cabeza de pulpo yace dormido en la
ciudad sumergida de R'yleh, en el Pacífico, y en sueños se comunica con
sus seguidores, como se narra en La llamada de
Cthulhu. Cthulhu es servido por una raza de hombres-peces que
viven en otra ciudad sumergida frente a Innsmouth (La
sombra sobre Innsmouth- The shadow over
Innsmouth, 1931). Se cree que Abdul Al-Hazred se refirió a él en
un verso del Necronomicón: No está muerto quien
eternamente puede yacer, y con el paso de los eones, la misma Muerte puede
perecer. Shub-Niggurath se supone que fue adorada como diosa de la fertilidad en Babilonia. Fue invocada como la cabra negra de los bosques con un millar de descendientes. No obstante, en ningún relato la encontramos como protagonista. En El Horror de Dunwich (The Dunwich Horror, 1928) aparece Yog-Sothoth, el guardián del umbral y el que es uno en todo y todo en uno, quien abrirá la entrada a nuestro Universo a los primigenios.
Los Primigenios fueron desterrados de la Tierra y confinados a diferentes lugares (ciudades sumergidas, remotas regiones del polo, bosques inexplorados de Vermont, otros planetas, otras dimensiones, etc.), pero allí siguen. El Hombre, que se considera rey de la creación, no es más que uno de los más recientes moradores de este planeta, y seguramente no el último. En cualquier momento, los Primigenios volverán; la Humanidad vive, sin saberlo, condenada. Los Primigenios no han sido olvidados por completo. Algunos de ellos se comunicaron con humanos; estos crearon demoníacos cultos que los adoran y conspiran en la sombra para preparar la vuelta de sus amos. Esto ha dado origen a diferentes leyendas sobre dioses, demonios, espíritus, brujos, hechiceros, etc. Elemento importante son los libros malditos, blasfematorios, abominables y sacrílegos (Lovecraft era un caso grave de adjetivitis). El más famoso de todos es el NECRONOMICÓN, del árabe loco Abdul Al-Hazred, pero hay más: el UNNAUSPRECHLICHEN KULTEN, de Carl von Junz, DE VERMIS MYSTERIIS, de Ludwing Prinn, LE CULTE DES GOULES, del conde d'Erlette, el LIBRO DE EIBON o LIBER IVORIS, etc. etc. etc... que constituyen la principal fuente de información sobre los Primigenios. La mayoría de sus autores murieron locos, se suicidaron o fueron asesinados en extrañas circunstancias... como la mayoría de los eruditos que han investigado sobre ellos.
Los Mitos se basan en dos características contradictorias de Lovecraft: por un lado era un escéptico materialista. Pero por otro era un soñador. Sentía gran afición por el mundo de las MIL Y UNA NOCHES, la Roma antigua y sus cultos religiosos. Pero sobre todo era un maniático del siglo XVIII (se consideraba inglés, y a Washington, Jefferson y demás unos traidores a Su Majestad el rey Jorge). Realmente, Lovecraft era tan fascinante en persona como su obra. Habría que añadir que los Mitos no son totalmente coherentes. Lovecraft escribía sin un plan premeditado: así, en unos relatos, los Primigenios son expulsados por fuerzas cósmicas impersonales. En otros son derrotados en luchas con otras razas. En unos, los Primigenios son abiertamente hostiles al Hombre y tienen planes contra él. En otros no son hostiles ni amistosos: ignoran a la Humanidad, y se limitan a aplastarlos si se interponen en su camino. En unos, los Primigenios son seres que no están hechos de materia; en otros son de carne y hueso. En unos, no hay defensa posible contra los Primigenios; en otros se les puede combatir aunque de forma limitada, ya que son vulnerables a la magia (a veces) o a las armas físicas (a veces). Estos son algunos de los Primigenios:
Otras veces, Lovecraft habla de razas:
(Si te interesa un catálogo, puedes encontrarlo en el juego de rol LA LLAMADA DE CTHULHU.) Los amigos de Lovecraft, la mayoría escritores de cuentos de terror, entraron en el juego, aportando sus propios dioses, demonios, libros (blasfematorios y abominables, por supuesto), etc. Por ejemplo, el UNNAUSPRECHLICHEN KULTEN, de Carl von Junz, es creación de Robert E. Howard (sí, el de CONAN EL BÁRBARO...). Y en el cuento de Lovecraft EL QUE SUSURRA EN LAS TINIEBLAS, un personaje se refiere de pasada al sumo sacerdote atlante Klarkash-Ton. No es otro que Clark Ashton Smith, uno de los amigos de Lovecraft. August Derleth, otro de sus amigos, era monsieur le Comte d'Erlette, autor del abominable y blasfematorio CULTE DES GOULES citado arriba. El propio Lovecraft era, en los relatos de sus amigos, el sumo sacerdote egipcio Luve-Keraf, o bien Ward Phillips, un ocultista de Providence, coleccionista de libros (abominables, blasfematorios, etc.). A la muerte de Lovecraft en 1938, August Derleth se convirtió en una especie de heredero literario. Fundó una editorial, Arkham House, dedicada a los libros de terror, y recopiló y publicó toda la obra de Lovecraft, inédita o publicada en revistas pulp. Hizo un serio esfuerzo por organizar los Mitos de Cthulhu en un corpus coherente. Derleth, a diferencia de Lovecraft, era católico. Indudablemente esto influye en el giro que les dio a los Mitos. Añadió los Dioses Arquetípicos, convirtiendo a los Mitos en la eterna lucha del Bien y el Mal. La llamada de Cthulhu (fragmento) " No hay en el mundo fortuna mayor, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella. Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de las tinieblas. Algunos teósofos han sospechado la majestuosa grandeza del ciclo cósmico del que nuestro mundo y nuestra raza no son más que fugaces incidentes. Han señalado extrañas supervivencias en términos que nos helarían la sangre si no estuviesen disfrazados por un blando optimismo. Pero no son ellos los que me han dado la fugaz visón de esos dones prohibidos, que me estremecen cuando pienso en ellos, y me enloquecen cuando sueño con ellos. Esa visión, como toda temible visión de la verdad, surgió de una unión casual de elementos diversos; en este caso, el artículo de un viejo períodico y las notas de un profesor ya fallecido. Espero que ningún otro logre llevar a cabo esta unión; yo, por cierto, si vivo, no añadiré voluntariamente un sólo eslabón a tan espantosa cadena. Creo, por otra parte, que el profesor había decidido, también, no revelar lo que sabía, y que si no hubiese muerto repentinamente, hubiera destruido sus notas. Cthulhu existe también, supongo, en ese refugio de piedra que le sirve de abrigo desde que el sol era joven. Su ciudad maldita se ha hundido otra vez, pues el Vigilant navegó por aquel lugar después de la tormenta de abril; pero sus ministros en la Tierra bailan aún, y cantan y matan en lugares aislados, alrededor de monolitos de piedra coronados de imágenes. Cthulhu tuvo que haber sido atrapado por los abismos submarinos pues si no el mundo gritaría ahora de horror. ¿Quién conoce el fin? Lo que ha surgido ahora puede hundirse y lo que se ha hundido puede surgir. La abominación espera y sueña en las profundidades del mar, y sobre las vacilantes ciudades de los hombres flota la destrucción. Llegará el día... ¡pero no debo ni puedo pensarlo! Ruego que si no sobrevivo a este manuscrito, mis ejecutores testamentarios cuiden de que la prudencia sea mayor que la audacia e impidan que caiga bajo otros ojos. " Polaris (fragmento) " Nunca olvidaré la noche de la gran aurora, cuando jugaban sobre el pantano los horribles centelleos de la luz demoníaca. Después de los destellos llegaron las nubes, y luego el sueño. Y bajo una luna menguante y cornuda, vi la ciudad por primera vez. Se asentaba, callada y soñolienta, sobre una meseta que se alzaba en una depresión entre extraños picos. Sus murallas eran de horrible mármol, al igual que sus torres, columnas, cúpulas y pavimentos. En las calles había columnas de mármol en cuya parte superior se alzaban esculpidas imágenes de hombres graves y barbados. El aire era cálido y manso. Y en lo alto, apenas a diez grados del cénit, brillaba vigilante esa Estrella Polar. Mucho tiempo estuve contemplando la ciudad sin que llegara el día. Cuando el rojo Aldebarán, que parpadea a baja altura sin ponerse, llevaba ya hecho un cuarto de su camino por el horizonte, vi luz y movimiento en las casas y las calles. Formas extrañamente vestidas, a un tiempo nobles y familiares, dembulaban bajo la luna menguante y cornuda; los hombres hablaban sabiamente en una lengua que yo entendía, si bien era distinta de la que conocía. Y cuando el rojo Aldebarán hubo recorrido más de la mitad de su trayecto, volvió el silencio y la oscuridad. (...) Y mientras escribo en mi culpable agonía, frenético por salvar a la ciudad cuyo peligro aumenta a cada instante, y lucho en vano por liberarme de esta pesadilla en la que parece que estoy en una casa de piedra y de ladrillos, al sur de un siniestro pantano y un cementerio en lo alto de una loma, la Estrella Polar, perversa y monstruosa, mora desde la negra bóveda y parpadea horriblemente como un ojo insensato que pugna por transmitir algún mensaje; aunque no recuerda nada, salvo que un día tuvo un mensaje que transmitir. " Soneto XIV de Hongos de Yuggoth, de Vientos estelares " Es cierta hora de la penumbra crepuscular, Casi siempre en otoño, cuando el viento estelar se derrama Por las calles altas de la colina, que están desiertas Pero muestran luces tempranas en cómodes habitaciones. Las hojas muertas se precipitan con giros fantásticos, raros Y el humo de las chimeneas se arremolina con gracia extraña Siguiendo geometrías del espacio exterior, Mientras Fomalhaut vigila a través de las nieblas del sur.
Esta es la hora en que los poetas lunáticos saben Qué hongos brotan en Yuggoth, y qué perfumes Y matices de flores llenan los continentes de Nithon, tales que no se propagan en los pobres jardines terrestres. Pero, por cada sueño que estos vientos nos traen, ¡barren otra docena de los nuestros! " |
Portada del Necronomicón.
Portada de El Horror de Dunwich, publicado en 1984 por Arkham House. Imagen original de Cthulhu (1937) dibujada por el propio Lovecraft |
LOVECRAFT Y EL CINE
EL PALACIO DE LOS
ESPÍRITUS, de Roger Corman (1963)
The Haunted
palace fue la primera película que se
basó en uno de sus relatos, en concreto en El caso de Charles Dexter
Ward. Protagonizada por Vincent
Price (Eduardo
Manostijeras, 1990) y Lon Chaney
Jr. (El fantasma
de la ópera, 1925), guarda poco parecido
con el texto de Lovecraft, y toma su
título de un poema de Edgar
Allan Poe.
EL MONSTRUO DEL TERROR,
de Daniel Haller (1965)
Dos años más tarde Boris Carloff (Frankenstein, 1931) protagonizaba Die, monster, die!, basada en El color surgido del espacio.
Tampoco se trata de una buena adaptación del relato original, en parte debido al bajo presupuesto. Además, en la película la historia tiende más a la ciencia ficción, hasta el punto de que el protagonista del relato de Lovecraft, el granjero Naum Gardner, en el film es el científico Naum Whatley.
¿POR
QUE LLORAS SUSAN? de David Greene (1967)
Absurda traducción del título de la película y el relato homónimo The Shuttered room, firmado uno de los pupilos de Lovecraft, August Derleth, con la intención de finalizar una posible trilogía tras El Horror de Dunwich y La Sombra sobre Innsmouth.
Entre los protagonistas se encuentra Oliver Reed (Gladiator, 2000) y Carol Lynley (Spirits, 1990), la Susan del título.
CURSE OF THE CRIMSON
ALTAR de Vernon Sewell (1968)
Boris Karloff repite
en el reparto de esta versión cinematográfica
-pésima- del relato Los
Sueños en la casa de la Bruja (The Dreams in the witch
house), junto a Christopher Lee
(Las
Dos torres, 2002) y Barbara
Steele (Danza
macabra, 1964).
TERROR EN DUNWICH, de Daniel Haller (1970)
En 1970,
Roger Corman produjo The Dunwich horror otra
adaptación dirigida por Daniel Haller,
esta vez con mejores resultados. No obstante, en
esta versión ganan las fuerzas del mal, no los
buenos como en el relato de Lovecraft.
Lo mejor, la recreación de la Universidad de Miskatonic, a donde acude Henry Armitage (Ed Begley), buscando a Wilbur Whateley (Dean Stockwell) para pedirle el Necronomicón. Lo peor, los efectos especiales.
THE MUSIC OF ERICH
ZAHN, de John Strysik (1980)
Película de 17 minutos del realizador John Strysik (Sam and Sarah, 1989), sobre el estudiante de metafísica Charles Dexter Ward, quien queda fascinado por la siniestra música del violinista Erich Zahn.
THE GATES OF HELL, de
Lucio Fulci (1981)
En las películas de Lucio Fulci se suelen encontrar referencias a las historias de Lovecraft. En Paura nella città dei morti viventi, una plaga de muertos vivientes se apodera de la localidad de Dunwich. Del mismo año son Seven doors of death y Aquella casa al lado del cementerio.
En la primera, también conocida como The Beyond, Fulci acude al Libro de Eibon inventado por Clark Ashton Smith y que aparece en historias de Lovecraft como Los que vigilan desde el tiempo; mientras que la segunda está basada en Aire frío (Cool air, 1926).
LA COSA, de John Carpenter (1982)Sin estar basada directamente en relatos concretos de Lovecraft, en realidad es un remake de El Enigma de otro mundo (Howard Howks, 1951), inspirado a su vez en la novela corta ¿Quién va ahí? (John W. Campbell). Esta obra maestra de Carpenter tiene cierto paralelismo con En las montañas de la locura.
POSESIÓN INFERNAL, de
Sam Raimi (1982)
Film de culto en el que toda la trama se desarrolla alrededor del descubrimiento del Necronomicón y la lectura de sus versos malditos. Sam Raimi logró con esta película de bajo presupuesto el Premio de la Crítica Internacional en el Festival de Sitges de 1982, mientras que el responsable de Efectos Especiales, Tom Sullivan, logró el Clavell de Plata.
Citamos aquí también su remake, Terroríficamente muertos, realizado cinco años más tarde con 3 millones de dólares de presupuesto y mucho más humor, así como la secuela El ejército de las tinieblas (1993), que sitúa la trama en la Edad Media.
RE-ANIMATOR, de Stuart
Gordon (1985)
Posteriormente, hubo que esperar hasta 1985 para ver Re-animator, basado en Herbert West, reanimador, un serial que escribió Lovecraft en 1921 para la revista humorística Home Brew.
Obvia parodia de Frankenstein, fue eliminado por el propio Lovecraft de su obra. El doctor Herbert West o, como lo describía su creador, el lánguido Heliogábalo de las tumbas, fue interpretado por Jeffrey Combs.
RE-SONATOR, de Stuart Gordon (1986)La productora
Empire Pictures descubrió un
filón en Lovecraft y tras
Re-animator, apostó en
1986 por From
Beyond, repitiendo director y parte del
reparto como Jeffrey Combs, esta vez en
el papel de doctor Crawford Tillinghast.
El guión de Gordon, Brian Yuzna y Dennis Paoli se concibió como una secuela del relato original Desde el más allá (1920), en la que se lograba una máquina para abrir la mente hacia un universo paralelo en el que habitaban extraños seres.
Como curiosidad, en la película Jeffrey Combs viste un suéter de la Universidad de Miskatonic, en homenaje a Lovecraft.
La banda sonora y los efectos especiales de esta producción fueron galardonados en el Festival de Sitges del año 86.
FOREVER EVIL, de Roger
Evans (1987)
Esta cinta amateur
tampoco se basa en historias concretas de
Lovecraft, pero sí en su
mitología. Así, el primer y único guión de un
tal Freeman Williams habla de
una secta sanguinaria que adora a Yog
Kothag. Además, hay referencias al
Necronomicón y a los
Primigenios.
GRANJA MALDITA, de David Keith (1987)
Un año después,
Trans World volvía a adaptar el
relato favorito de Lovecraft,
El Color surgido del
espacio, en The
Curse, primera película dirigida por
David Keith, más conocido por su faceta
como actor (Oficial y
caballero, 1982).
Se trata de una pésima película que guarda muy poca relación con el relato original, sobrepasando los límites del gore. Los protagonistas son los televisivos Claude Akins y John Schneider.
EL INNOMBRABLE, de
Jean-Paul Ouellette (1987)
The Unnamable ha sido otro relato corto de Lovecraft que para llevarlo a la pantalla ha sufrido grandes modificaciones.
Son muchas las referencias al autor que se hacen en esta película en la que dos estudiantes de la Universidad Miskatónica, Randolph Carter y Charles Dexter Ward, encuentran un ejemplar del Necronomicón.
LA NOVIA DE RE-ANIMATOR, de Brian Yuzna (1990)
En
1990, Brian Yuzna dirigía la segunda
parte de Re-animator, Bride of Re-animator.
Esta secuela de peor calidad, supera a la
primera en cuanto a nivel gore. Jeffrey Combs
vuelve a participar como el doctor Herbert
West mientras que la "novia" es
interpretada por Kathleen Kinmont
(Halloween
4, 1988). Algunas escenas están basadas
en el relato original de
Lovecraft.
LA MANSIÓN CTHULHU, de Juan Piquer Simón (1990)
Esta
producción española, que contó con un
presupuesto de 3 millones de dólares, aprovecha
el título para llamar la atención de aficionados
a la mitología lovecraftiana.
Sin embargo, Lovecraft es poco más que un punto de partida para esta película en la que un mago llamado Chandu (Frank Finlay) descubre un viejo manuscrito que indica los pasos para invocar al Más Allá.
TRANSYLVANIA TWIST, de
Jim Wynorski (1990)
Comedia con referencias a la biblioteca de Arkham y a Dexter Ward, bibliotecario que trata de recuperar una copia del Libro de Ulthar, robado por el vampiro Lord Byron Orlock.
CAST A DEADLY SPELL, de Martin Campbell (1991)
Fred
Ward (Temblores, 1990)
interpreta en esta comedia fantástica al
detective H.P. Lovecraft, quien es
contratado para recobrar una copia robada del
Necronomicón y así
evitar el regreso de los Primigenios.
El reparto de este telefilm firmado por Martin
Campbell (Límite
vertical, 2000) lo completan
David Warner (Scream 2, 1997) y
Julianne Moore (Hannibal,
2001).
En 1994, Paul Schrader (Affliction, 1997) dirigió una secuela también para la televisión que fue titulada Witch hunt. En esta ocasión, Dennis Hopper (Speed, 1994) fue el detective Lovecraft, mientras que Penelope Ann Miller (The Relic, 1997) le daba la réplica.
THE RESURRECTED, de Dan
O'Bannon (1992)
Posteriormente Dan O'bannon, director de El regreso de los muertos vivientes (1995), realizaba The Resurrected, otra adaptación de El caso de Charles Dexter Ward. Chris Sarandon (El muñeco diabólico, 1988) interviene con el doble papel de Dexter Ward y Joseph Curwen.
EL INNOMBRABLE II, de
Jean-Paul Ouellette (1993)
El éxito de público en el mercado del vídeo de la primera entrega animó a Jean-Paul Ouelette a realizar una secuela, mezclando el relato El innombrable con La declaración de Randolph Carter (The statement of Randolph Carter, 1919).
En el papel protagonista repite Mark Kinsey Stephenson, mientras que John Rhys-Davies (La comunidad del anillo, 2001) participa como el profesor Warren.
NECRONOMICÓN, de
Christophe Gans, Shusuke Kaneko y Brian Yuzna
(1994)
La que se considera la mejor adaptación de los relatos de este autor, H. P. Lovecraft's Necronomicon (1996), consiste en tres historias enlazadas por la presentación del propio Lovecraft (Jeffrey Combs) y dirigidas por Christopher Gans (Crying freeman, 1995), Shusuke Kaneko (Gamera, 1995) y Brian Yuzna (Faust, 2000): The Drowned, que guarda cierta relación con el relato Las ratas en las paredes (The rats in the walls, 1923); The Cold, basado en Aire frío; y Whispers, relativamente basado en El susurrador en la oscuridad.
LURKING FEAR , de C. Courtney Joyner (1994)
Jeffrey Combs forma
parte del reparto de este intento de adaptación
del relato El Horror
oculto (The Lurking
fear, 1922), junto a Ashley
Laurence (Hellraiser, 1987).
Lo único que respeta de la historia original es el pueblo de Leffert's Corners y la siniestra familia Martense.
EN LA BOCA DEL MIEDO, de John Carpenter (1995)
Tercera
película de la llamada 'Trilogía apocalíptica'
por el propio John Carpenter,
tras sus largometrajes La
cosa (1982) y El
príncipe de las tinieblas (1987). Esta
historia no está directamente basada en
Lovecraft, pero sí inspirada en
los mitos de Chtulhu: un libro maldito
cuya lectura (imposible de abandonar) llama al
mal y lleva a la locura a todo un pueblo.
También
la banda sonora es de las consideradas
lovecraftianas.
Por otro lado, el autor del
libro, el escritor de best-sellers Sutter
Cane está inspirado en Stephen
King.
CASTLE FREAK, de Stuart
Gordon (1995)
El director de Re-animator y Re-sonator prueba suerte otra vez con Lovecraft a partir del relato El Extraño (The Outsider, 1921), y para ello contó con la participación de los dos protagonistas de ambas cintas, Jeffrey Combs y Barbara Crampton. En la historia, una familia hereda un castillo del siglo XII, aparentemente deshabitado.
THE DARKNESS BEYOND, de Iván Zuccon (2000)
Ópera prima del
realizador italiano Iván
Zuccon, quien narra la historia del
Necronomicón y la
lucha entre los humanos y las fuerzas del mal.
Los cuentos de Lovecraft en los
que se inspira esta película son: La historia del
Necronomicón (1937), La declaración de Randolph
Carter (1919), The
Descendant (1926), El Libro (1934), La ciudad sin nombre
(1921), entre otros.
Este largometraje
independiente forma parte de la trilogía The Beyond, cuyo segundo
capítulo terminó Zuccon en el
año 2001 (The unknown
beyond) y actualmente trabaja en el
tercero.
DAGON. LA SECTA DEL MAR, de Stuart Gordon (2001)
Basada
tanto en La sombra sobre
Innsmouth como en Dagon (1917), esta
producción de la Fantastic Factory cuenta con un
reparto internacional entre los que se
encuentran los españoles Francisco
Rabal y Raquel Meroño
-quienes habían coincidido anteriormente en
Airbag (Juanma Bajo
Ulloa, 1997).
En Dagon. La secta del mar, una pareja tiene un accidente en alta mar y tiene que pedir ayuda en el extraño pueblo de Imboca, cuyos habitantes veneran al dios marino Dagon.
BEYOND THE WALL OF SLEEP, de Barrett J. Leigh y Thom Maurer (2004)
Adaptación del relato de
Lovecraft del mismo nombre, en
la que William Sanderson (Blade Runner, 1982)
interpreta a Joe Slaader, paciente del
psiquiático de Ulster County donde ingresó tras
el brutal asesinato de su familia. Tom
Savini aparece en la película en el rol
del sheriff.