Los neandertales fueron cazadores y
recolectores que vivieron durante el Paleolítico Medio y Superior.
Su vida fue ruda y rigurosa. Era tan dura que su esperanza de vida se situaba
entre los cuarenta y los cuarenta y cinco años.
Muchos
aspectos de su conducta contribuyeron a ello. Uno de ellos fue el modo
en el que estos homínidos conseguían su alimento. Los neandertales
participaban en matanzas de corto alcance, lo que quiere decir que estaban
literalmente a menos de un pie de sus presas cuando las atacaban. Cazaban
con lanzas de madera con punta de piedra que clavaban profundamente en
los animales. Para poder hacerlo, los neandertales debían ser excepcionalmente
fuertes. Sin embargo, fue debido a este combate cercano y audaz que recibíeron
muchas heridas que dejaron sobre sus huesos marcas permanentes. De este
modo, los cuarenta y cinco años eran la edad de la vejez para los
neandertales. Sus cuarenta años serían equivalentes a nuestros
sesenta o ochenta años.
Otra técnica de caza utilizada
por estos antepasados era conducir a un rebaño de animales hacia
un acantilado o superficie elevada, mientras sus camaradas esperaban en
el fondo para matar al animal o animales. Las reses muertas serían
descuartizadas y transportadas a sus campamentos para compartirlas con
el resto del clan. Un ejemplo de esto fue encontrado en el yacimiento de
La Quina, en Francia, donde los arqueólogos encontraron apilados
huesos "de bóvidos, caballos y reno bajo un elevado acantilado como
consecuencia de un 'conducir al acantilado', técnica de caza cooperativa
y por consiguiente planeada" (Shreeve 1995:160).
Por
supuesto, algunos paleoantropólogos no están de acuerdo con
el hecho de que los neandertales fueran capaces de cazar su propia comida.
Louis Binford, más conocido como "el padre de la nueva arqueología"
fue uno e ellos. Cree que los neandertales carroñeaban más
bien que cazaban. ¿De dónde sacó esta conclusión?
Bien, después de analizar los restos encontrados en el yacimiento
de
Combe Grenal, en la Dordoña francesa, afirmó que los neandertales
cazaban animales de tamaño medio, como renos y ciervos rojos, pero
que seguían carroñeando grandes animales, como caballos y
ganado salvaje. En consecuencia, Binford declaró que el alimento
básico de los neandertales "no era la carne en absoluto. A juzgar
por los restos de polen impregnados en las herramientas encontradas en
el yacimiento, eran plantas acuáticas arrancadas en el arroyo del
desfiladero. Espadaña, para ser exacto" (Shreeve 1995:160). Parece
que hay un problema con la interpretación de Binford. El yacimiento
que él examinó estaba demasidado cerca de un recurso acuático.
El rio Dordoña corría exactamente en el yacimiento que examinaba
y esto influenció su interpretación. Básicamente,
esto significa que la teoría de Binford no puede ser aplicada a
todos los neandertales.
Hay
pocas evidencias de planificación en los neandertales. Parece que
partían espontáneamente a cazar y recolectar, confiando en
"ir a por alimento" sólo durante el día. Erik Trinkaus, profesor
de la Universidad de Washington, St. Louis, analizó los huesos del
muslo de los neandertales concluyendo que "estaban mucho más acostumbrados
a moverse continuamente en todas las direcciones, de lado a lado, terreno
arriba y abajo, en un modelo irregular bastante diferente al modo de andar
en dirección recta de los modernos cazadores-recolectores" (Shreeve
1995:156). Binford considera que "los neandertales podrían carecer
de lo que llama "planificación profunda", la capacidad de anticipar
acontecimientos futuros y la disposición futura de alimento. No
podían predecir modelos en un paisaje dinámico y cambiante"
(Johanson, Johanson, and Edgar 1994:263). Binford utiliza específicamente
al salmón como un ejemplo del rico alimento del que sacan provecho
los pueblos modernos. Eran abundantes durante la primavera del Paleolítico
cuando los Cro-Magnon los pescaban en grandes cantidades en los ríos
del suroeste de Francia, en un área densamente poblada por los neandertales.
Esto
se pone de manifiesto cuando observamos la dieta del Hombre de Neandertal.
No sólo desaprovecharon la abundancia de salmón, que era
altamente nutritivo, sino que los indicios apuntan a que "no aprovecharon
las migraciones anuales de los renos, una fuente de proteínas aún
más abundante, aunque poco predecible" (Shreeve 1995:155). Según
Mary Ursula Brennen, antropóloga de la Universidad de New York,
los neandertales sufrieron un déficit nutricional. Afirma que la
gente que no recibe suficientes nutrientes en los primeros siete años
de sus vidas, sus dientes no se desarrollan suficientemente, estado que
se conoce como hipoplasia (Rudavsky 1991:55). Brennen examinó más
de 300 restos de neandertal y encontró que el 40% sufría
de esta enfermedad. Esto indica que los recursos alimenticios eran sin
duda escasos.
Andre
Mariotti, geoquímico de la Universidad Marie Curie de Paris, contradice
la teoría de la espadaña de Binford por medio de análisis
químicos que muestran que comían pocas cosas aparte de carne.
Dedujo sus tesis a partir de pruebas sobre el colágeno de los huesos
de los Neandertales,
comprobando
sus niveles de carbono-13 y nitrógeno-15. Hay más N-15 en
los carnívoros que en los hervíboros y la proporción
de C-13 refleja directamente la correspondiente proporción de isótopos
en las plantas, dando un patrón de los tipos de plantas que constituyen
la dieta. A partir de estos resultados, Mariotti indica que los "hábitos
alimenticio [de los neandertales] se sitúan en algún punto
entre los del lobo y el zorro -el lobo come prácticamente solo carne
mientras el zorro obtiene algunas de sus proteínas con la ingestión
ocasional de frutas, grano e incluso hojas de árbol" (Dorozynski
and Anderson 1991:520).
Otro
ejemplo de esta conducta alimenticia es que los neandertales permanecían
aparentemente todo el año en la misma zona y no eran estacionalmente
nómadas como sus herederos. En el yacimiento de Kebara en Oriente
Próximo, fue descubierto en un depósito de basura neandertal
una selección heterogénea de huesos desechados. Cuando fueron
examinados e identificados mostraron que, como los neandertales de la Dordoña,
quienes permanecieron en esta zona alrededor de un año, "la gente
de Kebara eran cazadores y carroñeros de cualquier clase de alimento
que andara o volara alrededor de su inmediata vecindad" (Shreeve 1995:185).
Estos eran animales de tamaño mediano y pequeño como ciervos,
caballos, tortugas, pájaros y gacelas. Estos indicios indican individuos
localistas, que permanecían en un área relativamente suficiente,
más bien que emigrando estacionalmente en persecución de
un tipo de caza particular.
Permanecer
en una zona durante un tiempo prolongado planteaba muchas amenazas a los
neandertales. La más peligrosa de ellas era el agotamiento de los
recursos alimenticios, por lo que cada nueva comida era más difícil
de obtener (Allman 1996:54). Esto causa dificultades tales como enfermedades,
hambre y desnutrición.
Los
neandertales fueron uno de los primeros grupos humanos que tuvieron la
capacidad de decidir lo que comían. Pudieron hacerlo gracias al
control del uso del fuego y, más que probablemente, cocinaban sus
alimentos. Los neandertales también usaban el fuego para calentarse
y poder sobrevivir en las gélidas temperaturas de la Edad del Hielo.
A pesar de que sabían construir fogonos para cocinar,
knew how to construct cooking hearths, they "no sabían cómo aumentar el calor recubriendo el fogón con piedras o excavando canales de ventilación" (Shreeve 1995:184). A diferencia del Hombre de Cromagnon, que calentaban piedras y las situaban cerca de su cuerpo para mantener el calor, no hay indicios de piedras resquebrajadas por el fuego en los yacimientos neandertales que indiquen que actuaban de esta manera. Probablemente se amontonaban cerca de los fuegos para mantenerse calientes durante las frías noches.